Modric: su talento regatea a la estadística

No lleva ni un mes con botas nuevas, las del ala de diosa griega como logo versión 2017, pero me da que esa no es la causa de su bajo rendimiento. Este Modric no es el Modric que conocemos, sin más. Ahora bien, la duda a despejar es: ¿no brilla porque el equipo no juega bien o el equipo no juega bien porque él no brilla? Marcaría las dos casillas. El Madrid es líder y está en cuartos de la Champions por sus trajes de gala y su inagotable fondo de armario. Si una pieza baja, la otra sube. Si Modric pierde chispa, Casemiro crece hasta convertirse en Mauro Silva. Si el juego de toque decae, el balón parado llega al rescate para darle al equipo 12 puntos en LaLiga.

En San Mamés, Luka ofreció uno de sus partidos más grises. No se sintió cómodo y fue sustituido por Lucas Vázquez en el 62’. Un día antes, su compatriota Rakitic confesaba en El Larguero: “Vería a Modric jugando en el Barça”. Seguro que el Camp Nou lo recibiría con los brazos abiertos. Tiene un pelo a lo Cruyff, incluso hay quien ve en él ciertos regates o controles orientados del genio holandés. Pero su talento descansa ahora en el Bernabéu. Las estadísticas dicen que su acierto en el pase desciende año a año (91,71%, 90,91%, 88,33%); pero si Modric vuelve a hacerle un guiño al balón, el balón manda las estadísticas a freír espárragos.