Alonso se equivoca con la igualdad de motores

Ya que es imposible hacerlo con los resultados que merecería, estoy disfrutando asistiendo a la evolución personal y deportiva de Fernando Alonso. Creo que con el paso de los años se ha convertido en mucho mejor piloto, sin duda alguna, y también que su madurez le ensalza como persona. Me fascina la forma en la que afronta una situación tan delicada como la de McLaren Honda y estoy casi siempre de acuerdo con sus declaraciones, con su punto de vista sobre lo que ocurre. Casi siempre. Porque diría que en Australia se ha equivocado al pedir, sea medio broma o medio en serio, un campeonato con igualdad de motores. Eso no sería la Fórmula 1, el concepto resulta válido para una copa monomarca de promoción pero en absoluto para la élite del automovilismo deportivo mundial.

En los grandes premios deberían estar sólo los mejores, los más capaces, los más prestigiosos, los más cualificados. Cierto es que no siempre sucede así, lo que no impide que me parezca una ambición, incluso un principio, irrenunciable para la F1. Alonso reclama motores idénticos porque sufre el peor y sabe que en otras condiciones estaría ganando carreras y luchando por los títulos. Hace una defensa de sus intereses particulares que es injustificable, a lo que debe aspirar es a que su escudería sea capaz de darle lo que necesita, no a hacer tabla rasa desde la certeza de que así volveríamos a encontrarle en su plenitud. El problema es que Honda ha diseñado un propulsor pésimo, no que Mercedes haya creado otro excepcional. Mezclar los conceptos no arregla las cosas, sabemos bien que en términos opuestos nadie se quejaría al respecto. Y si no, que le pregunten a Hamilton…. aunque no ha hecho falta, ya se ha pronunciado.