Jon Rahm mira sin complejos a Jack Nicklaus

Si un profesional de primer año se asoma al palmarés de Jack Nicklaus sólo puede sentir vértigo. Salvo que seas vizcaíno de Barrika y te llames Jon Rahm Rodríguez. En ese caso mirarás al historial del Oso Dorado con devoción y respeto, pero sin complejos. “Puede resultar arrogante, pero si Jack Nicklaus tiene 18 grandes, yo quiero 19. Porque si no creo que puedo ser el mejor, para qué voy a seguir entrenando”, dijo Rahm con sólo 20 años, cuando acababa de ganar el premio Ben Hogan como mejor jugador amateur del mundo. En 2016 repitió ese galardón, debutó en un grande con una 23ª posición en el US Open, mejor de lo que lo había hecho por ejemplo Tiger Woods… Y también conoció a su referente, que le entregó un trofeo como el golfista universitario más destacado de Estados Unidos y le dio un sencillo consejo: “Sé tú mismo, no intentes hacer más de lo que eres capaz”.

Con esa frase de Nicklaus grabada en su mente, con un león del Athletic colgado siempre en su bolsa y con una ambición sin fronteras, John Rahm debutó en profesionales en junio de 2016. No lo hizo antes, porque le había prometido a sus padres acabar sus estudios de Comunicación en Arizona State. En su primera temporada completa, en 2017, lleva jugados nueve torneos, con una victoria de enorme prestigio: el Farmers Insurance, que remató con un putt de 19 metros. Además de un segundo puesto, un tercero, un quinto, un octavo… Y 3,3 millones de dólares en ganancias. Su último rugido lo ha dado en el WGC Match Play, donde sólo cedió en el último hoyo de la final ante el número uno del mundo, Dustin Johnson. Las casas de apuestas ya le colocan sexto para el Masters de Augusta. Pero a Rahmbo aún le sabe a poco: “No me pongo ningún límite, quiero hacer historia”