Francia-España, bisagra para Lopetegui

Este no es un partido de competición, lo que no quiere decir que no sea un partido oficial. Tiene el reconocimiento de la FIFA de partido entre selecciones, pautado por unas normas internacionales y que, por ende, computa para el ránking de las selecciones, en el que nos hemos ido retrasando desde el primero, en el que llegamos a estar, al décimo. Ahora Francia es la sexta. Lo aporto aquí contra ese cierto descuido con el que tendemos a mirar los partidos que no son de competición, y éste, en efecto, no lo es. Pero no deja de medir el prestigio futbolístico de los países enfrentados, lo que tiene su aquél, haya o no competición por medio.

Esto dicho, hay que asumir la idea de que muy probablemente Lopetegui no sacará exactamente a los que él tiene por mejores, del uno al catorce, que son los que ganaron a Israel. Más bien pienso que sacará, con la mejor de las intenciones, a bastantes de los que con él fueron campeones de Europa Sub-21. Lopetegui está saltando de un caballo a otro. Del que fue y dejó de ser (con Luis y Del Bosque), al que puede ser y esperamos que sea, que deberá estar basado en aquellos Sub-21 que le hicieron triunfar. Más alguno posterior, como Deulofeu, que aún puede romper en genio o en petardo, de él depende. O Jesé, que aquí no está, pero se le espera.

Escribo sin saber qué equipo sacará Lopetegui (el secreto cubre la inseguridad de los entrenadores) pero es fácil suponer que elegirá este partido como bisagra entre dos épocas. O sea, que dará mayor responsabilidad a su ‘Quinta de Israel’, aquellos Sub-21 con los que salió campeón. Enfrente tendrá una Francia en la que esperamos también algún experimento como la titularidad de Mbappé, el último trueno del fútbol mundial. La España que viene frente a la Francia que viene. No es una frase propagandística, pero sí una mirada ilusionante para un partido amistoso pero oficial, que además incluye el VAR en su oferta. Nada menos.