Inui es un embajador de Japón en España. Estos dos años que lleva en Ipurua han sido toda una revolución para un pueblito llamado Eibar. El chico llegó con esa cara de despistado, sonriente, diciendo a todo amén, y ha roto moldes. ¿Un ciudadano del país del sol naciente en una pequeña localidad armera encajonada entre montañas y una autopista, en plena frontera entre dos provincias? No suena a matrimonio duradero. Se hizo con un cocinero por si acaso le entraba añoranza de su país al ponerse a la mesa y de primeras no sabía ni por dónde le daba el aire. “Al principio le decías algo y se reía, pero no entendía ni papa”, comentaba en tono jocoso Mendilibar, quien destacaba su alta disciplina y la actitud positiva ante todo lo que le requería. Ha acabado siendo el japonés con mejor pedigrí en LaLiga.

Y ahora se va a su país. Se pierde dos partidos. Maldita la gracia que le habrá hecho a su técnico. Al menos si fuerza la quinta este fin de semana, sólo se perderá un compromiso. La noticia avanzada por AS fue ayer la comidilla de todos los corrillos futbolísticos (es curioso, en la era moderna de las redes sociales, adelantas una información y a los dos minutos ya no te pertenece). Los Reyes de España se estrenan en Asia con el japonés risueño, el monarca de Ipurua. El Eibar es un club humilde y si ayer ni confirmaba ni desmentía la noticia, menos se va a poner a explicar si está de acuerdo en que, ahora que se juega las últimas cartas para Europa, da su permiso a una iniciativa que no cuenta con muchos antecedentes en España. En todo caso, la ‘marca Eibar’ sigue promocionándose.