Construir la casa por el tejado

Perder en el Pizjuán entra dentro de lo posible, la forma de hacerlo es lo que sorprende. Mel le propuso a Sampaoli, que llegaba plagado de dudas, el partido soñado. Un cuerpo a cuerpo en el que el Sevilla del argentino se encuentra como pez en el agua. Y el resultado fueron tres goles en la primera media hora, cuatro al final, que no fueron más por los palos y Lux. La premisa a su llegada fue la solidez, y ayer se apostó por un intercambio de golpes en los que normalmente el más pequeño suele perder.

La consecuencia es un punto de los últimos doce, el agua al cuello, y la sensación de que a siete partidos del final de LaLiga este Depor de Mel todavía no tiene muy claro a qué juega. Claro que hubo cosas positivas, y cómo no, árbitros que ningunean al equipo. Ayer fue un penalti por mano clamorosa de Franco Vázquez que Jaime Latre obvió y otro por empujón de Mercado a Ola John que también voló. Está bien que el Depor falla sus penaltis, pero que al menos se los dejen tirar. Soberbio sí estuvo Kakuta, curiosamente uno de los pocos fiascos del homenajeado Monchi. Gran primer gol, soberbia falta en el segundo. Vino para suplir a Babel, y si rinde como ayer en el tramo final de curso, todavía llega a tiempo. Para ello habrá que volver a cimentar la casa porque empezarla por el tejado, por el ataque, se vio ayer que no es un buen plan.