Imperial. La noche fue de Cristiano. Rejuvenecido en ese papel de delantero centro al que poco a poco le va cogiendo el pulso, el portugués desencajó al Bayern desde zona de remate. Ocho disparos y un doblete categórico.

Al espacio. Cristiano también disfrutó al galope y sacó partido de la rígida cintura de Javi Martínez y Boateng. Provocó la expulsión del central español, que noqueó al equipo alemán. Siempre fue una referencia válida en la salida.

Con sentido. Despachó cada acción con una sobriedad absoluta, correcto en cada decisión que tomó. Dio 32 pases y sólo erró tres (91% de precisión). Resolutivo en todos los registros del juego.

A un paso. Pudo cerrar un partido redondo con un hat-trick si en la última jugada no hubiese tenido ese tropiezo inoportuno. Un inconveniente para un Madrid que no acabó de ajusticiar al Bayern. La pegada no le acompañó como de costumbre.

Movimiento de nueve

Los dos goles demostraron su manejo definitivo del rol de delantero centro. En el 1-1 se despegó de la marca de Lahm y Javi Martínez y ocupó el punto de penalti. Era lo que exigía la jugada.

Presión hasta el final

Resulta incontestable la implicación defensiva de Cristiano en el Allianz. Trabajó el primero en la presión y recuperó posiciones defensivas (dos robos). La imagen muestra cómo encimó a Boateng en el 89'.