La designación del cuarto árbitro en España no está bien enfocada

El cuarto árbitro. Me gustaría debatir sobre la figura del cuarto árbitro sus cometidos y sus limitaciones. Como todo el mundo sabe, en España los cuartos árbitros son de Segunda B mientras que en UEFA son de la misma categoría que los árbitros, incluso ya en determinadas rondas te obligan a que sean internacionales. ¿Cuál es el problema que nos encontramos? Pues que los entrenadores y demás miembros del banquillo saben que el cuarto árbitro es de Segunda B y le aprietan hasta el límite. Muchas veces el cuarto árbitro se las ve y se las desea para contener los comportamientos antideportivos que se dan en las áreas técnicas.

No se imponen. ¿Os imagináis por un momento que el cuarto árbitro fuera uno de Primera División? ¿Creéis que el comportamiento de los técnicos sería idéntico sabiendo que la siguiente semana igual está en el medio dirigiendo? Hoy en día tenemos los cuartos árbitros de Segunda B, más por quedar bien con los árbitros de Segunda B y con las Territoriales que por un bien general de la competición y me explico.

Si hubiera que sustituirle. Este fin de semana tenemos por arriba el Clásico que puede casi decidir quién gana la Liga y después tenemos por abajo partidos en los cuales algunos equipos se juegan la permanencia. Ojalá no suceda, pero ¿os imagináis que en algún partido se lesione el árbitro y tenga que ser sustituido por uno de Segunda B mientras 10 árbitros de Primera están en casa viendo la competición por televisión?

Reestructuración. Estar de cuarto árbitro en Primera es una decisión fácil para el CTA, la de dar una salida a los colegiados de Segunda B, ya que pitan muy pocos partidos y están muchas jornadas parados. Por lo que igual hay que coger el toro por los cuernos y acometer una reestructuración profunda de esta categoría sin pensar en quedar bien con las Territoriales y potenciar todas las competiciones. Pero, claro, como estamos en época electoral ahora importa más el tener a todos contentos que la propia competición.

Sin ser sumisos. Y, mira, seguiré siendo no electoral pero claro con mis ideas. Los árbitros tenemos que estar trabajando con las Federaciones y con todos los estamentos del mundo del fútbol codo con codo, pero no sumisos a dichas Federaciones como estamos ahora. Tenemos mucha más fuerza de lo que creéis, que no nos marquen nuestra agenda y, por encima de todo, miremos al árbitro de la base que lo está pasando mal.