El Barcelona sigue empeñado en que los periodistas deportivos se conviertan obligatoriamente en expertos en temas legales. De los creadores de los casos de espionaje, del Caso Neymar-1, del Caso Neymar-2, de la Acción de Responsabilidad, el de los menores, el de las esteladas, el de los avales, el de los seis días que contaron como un año llega ahora el Caso de Neymar y el TAD. Otro lío que viene a complicar la ya de por sí movida previa de cualquier Clásico. Evidentemente, no estoy capacitado para saber quién tiene razón, porque si bien parece claro que el Barcelona sigue dentro del plazo de quince días para solicitar la cautelar de su futbolista, no lo es menos que han estirado los plazos con la intención de provocar esta confusión.

Dejando a un lado las consideraciones legales, que ya discutirán los expertos, lo que no me gusta es ese tufillo a victimismo de otra época que desprende esta actuación del club blaugrana, que por otra parte me suena a un órdago.

Si de verdad están convencidos de que puede jugar, no hay otra que ponerlo el domingo en la alineación titular, pero me da en la nariz que al final no se arriesgarán. Por tanto, todo acabará siendo un ruido de fondo que únicamente distrae el foco de atención de lo que de verdad interesa, que es lo que pasa en un campo de fútbol y no en los despachos de los abogados.