El Clásico REAL MADRID-BARCELONA

El Barça: otra oportunidad sobre la tierra

Admiro a Gerard Piqué, como admiro a otros grandes aficionados al fútbol, como muchos madridistas irreductibles, que quieren que su equipo le gane al enemigo hasta en los entrenamientos. Algunos de esos aficionados están en este periódico y me gusta verlos vibrar, como a Piqué, cuando ganan y cuando pierden. Piqué es un aficionado al fútbol, y por eso, también, tiene todos mis respetos.

El partido de hoy es para azulgranas así. Se le haría un flaco favor al Madrid si en esta ocasión el Barça viene desmadejado, cansado de la derrota reciente, tan simbólica en su larga lucha de encuentros duros con el que más veces ha ganado el cetro europeo.

Por eso personifico en Piqué este adelanto de la actitud que el Barça podría tener esta noche en el Bernabéu en un partido crucial y raro, como un examen que uno lleva mal preparado. Es el final de una temporada cubista, como esos cuadros de Picasso que hay que mirar ocho veces. Es el final adelantado de Luis Enrique, el de las renovaciones resonantes (Messi, Iniesta). El partido de la reacción. El partido de los partidos después de la derrota de las derrotas. Piqué es como el delegado de los culés en el terreno de juego. Un aficionado tiene que fijarse en él para medir la posibilidad que ésta en el Bernabéu sea, como para los Buendía en Cien años de soledad, una segunda oportunidad sobre la tierra… del eterno rival. ¡Visca el Barça y respeto al Madrid!