Gratitud a Voro pase lo que pase

Mientras escribía estas líneas, el Atlético le iba metiendo un gol tras otro al equipo del próximo entrenador del Valencia, si Peter Lim no lo impide. Mientras Setién preparaba su partido en Las Palmas, el equipo de Voro plasmaba sobre el césped su planteamiento y estaba a un tris de volvérsela a liar al Madrid, en plena lucha por la Liga. El antiguo delegado no sabe qué puesto tendrá en el futuro, pero le ganó la batalla a Zidane en la pizarra. El Madrid apenas creó ocasiones. Y eso que le faltaban tres de su piezas fundamentales: Zaza, Enzo Pérez y Cancelo.

Voro tiene pocas posibilidades de seguir. Pero haga lo que haga, pase lo que pase, merece un homenaje. Cogió a un equipo deprimido, con los mismos puntos que la zona de descenso. Y lo salvó con holgura y sin sufrimiento. Eso ya es mucho. Pero además, por el camino se sacó de la chistera a Carlos Soler y Lato, dos canteranos que apuntaban alto en el filial pero que ni Ayestarán ni Prandelli se atrevieron a apostar por ellos. Ahora ya están consolidados. Lo demostraron en un escenario solemne como el Bernabéu. En tres semanas empezará un proyecto. Pero no desde cero. Gracias a Voro.