Luis García Plaza

Renace la ilusión granota

Vivir el ascenso del Levante, in situ, en el Ciutat de Valencia fue revivir un montón de emociones y sensaciones que yo pude sentir en 2010. Fue muy bonito, aunque esta vez estaba más tranquilo porque el ascenso estaba hecho. Sólo era cuestión de esperar el momento. Lo primero, agradecer a todo el mundo que me expresó su cariño desde que me dejó el taxi en los aledaños del Ciutat hasta que entré en el estadio. El sentimiento es recíproco. Es una alegría ver al levantinismo unido de nuevo. Se ha vuelto a enganchar a un club con este ascenso. El valor del Levante está en esta afición. Cuando entramos en el club, en 2008, nos encontramos una afición desmoralizada. En aquellos tiempos se unió con el ascenso en 2010. El último revés, con el descenso el pasado curso, les puso a prueba. Y se ha demostrado que hay una masa social fiable que se ha asentado. Y eso es lo más bonito.

Hemos asistido el retorno a Primera de un equipo que pertenece a un club estructurado. Esta es la principal diferencia con el ascenso que nosotros vivimos. La alegría fue la misma pero cuando nosotros subimos había mucho por hacer. En todos estos años en Primera, el equipo ha ido creciendo hasta llegar a lo que es hoy en día. Ayer en el Ciutat, vi un club hecho y estructurado y una masa social enganchada. No quiero pasar la ocasión de felicitar a Quico Catalán, a Muñiz, a Tito, a Carmelo, a los jugadores, cuerpo técnico, directiva y empleados del club. Entre todos han hecho un trabajo excepcional que ha dado sus frutos. Al final, da igual que asciendas con más presupuesto, con menos, con más jornadas de adelanto o en el último partido. Lo que cuenta es ascender. Y eso es lo que ahora hay que celebrar. Y disfrutar. Enhorabuena a todo el levantinismo, de todo corazón.