La ventana indiscreta de la FIBA

La NBA no parará su competición ni cederá a sus jugadores en la primera ventana de la FIBA para selecciones nacionales, en noviembre. Tampoco para la segunda, en febrero. Es decir, ni los Messi, ni los Cristiano Ronaldo, ni los Griezmann, ni los Iniesta del baloncesto estarán para defender a sus países. A nadie ha sorprendido, ni siquiera a la propia FIBA, que ya intuía este desenlace cuando se hizo un hueco en el calendario. En el caso más optimista espera que los ‘americanos’ aparezcan en las dos siguientes ventanas, en julio y en septiembre, que no coinciden con la liga USA. Aunque también ahí estará difícil. No será desde esta columna donde nos opongamos a la promoción de los equipos nacionales, pero si no pueden venir los mejores, ¿qué sentido tienen estas ventanas?

Sí podremos ver a algunas estrellas como Llull, Teodosic, Rudy, Doncic y De Colo, si es que no renuncian también, pero las grandes selecciones deberían completarse con gente que luego tendría mínimas posibilidades de acudir a la Copa del Mundo. España y Francia, por hablar de dos potencias de Europa, disponen hoy de diez jugadores en la NBA: prácticamente toda su selección. Tendrán que jugar con un equipo B. En el caso de Estados Unidos, peor todavía: la Liga de Desarrollo o trotamundos. A pesar de eso, no habría gran riesgo de eliminación para ellas, porque la FIBA tampoco quiere pegarse un tiro en el pie y ha formado grupos de cuatro países, de los que se clasifican tres en su fase inicial. La FIBA busca mover su producto, pero no parece que esta fórmula sea la más atinada.