Una frase más para la sección judicial del Museo del Barça

Hemeroteca cruel. ¿Recuerdan cuando en las penúltimas elecciones el entonces candidato Sandro Rosell anunciaba que uno de los motivos para votarle era que quería acabar con la judicialización del Barcelona? A veces la hemeroteca es tremendamente cruel. Es tal la tendencia de los directivos del Barcelona a desmentirse en base a los hechos y la tozuda realidad que las sentencias más significativas deberían exponerse en una sala del Museo del club. A modo de Muro de las Lamentaciones, en esta instalación se podrían contemplar pensamientos que simplemente con su evocación y el autor de la misma no necesitarían más aclaración.

Mucho nivel. Esta última era del barcelonismo ha sido prolija en grandes frases para la historia. Y curiosamente, la mayoría guardan relación con los juzgados de una u otra forma. Tanto que se podría hacer una sección en la futura sala en la que se agrupara esa frase junto a otras como: “Lo haríamos todo igual en el fichaje de Neymar” (Josep Maria Bartomeu), “si el juez quiere, que me cite” (Sandro Rosell), “este contrato no se hizo chupando un boli” (Raül Sanllehí) o “Neymar costó 17 millones y punto” (Rosell, otra vez). El problema sería descartar alguna. No caben todas. Hay mucho nivel.

Black thursday. La vida es aquello que pasa mientras a la junta del Barça se le acumulan las citaciones judiciales. A veces, incluso hay algún partido de por medio. Ayer, el Barça vivió un Black thursday legal que comenzó con el anuncio de que el presidente Bartomeu, el exdirectivo Toni Freixa y la propia institución deberán sentarse en el banquillo de los acusados para responder de un presunto delito de estafa en el no nato proyecto de los columbarios.

Rutina. La situación judicial del club azulgrana hace que este caso de los columbarios sea recibido como un día más en la oficina, porque el que de verdad puede ser memorable es el juicio oral, aún sin fecha, contra Bartomeu, Rosell y Neymar por el caso DIS-2. De momento, el juez ya ha decretado una fianza solidaria a los encausados de 3,4 millones de euros, cifra que demuestra que aquí, por lo menos, hay base para la causa y esto no es un caso “de una gente que sólo quiere publicidad a costa del Barça” (otra para el museo), tal y como se dijo en su día desde las oficinas del club. Ese juicio tiene pinta de que aportará varias frases más para incluir en el Museu.