Otra temporada de notable para Simeone. Por quinta vez consecutiva el Atlético estará el año que viene en Champions (y a un punto de ser tercero). El gol de Saúl zanjó la disputa con el Sevilla y ahora el cholismo ya puede comenzar a preparar el ‘milagro’ de la remontada del miércoles. No es de extrañar el ambiente fantástico que se vivió a la conclusión del partido entre las gradas y la plantilla. Un recuerdo imborrable para un Calderón, al cual ya sólo le quedan dos partidos oficiales por albergar. Simeone tiró de Thomas como lateral y la verdad es que el canterano es un chico que vale para todo, cumplió con creces. Pero el que sigue apareciendo en los momentos decisivos es Saúl. Otro auténtico golazo y un valor que cada día sigue más en ascenso.

El gran lunar volvió a ser la poca efectividad en la delantera y las dudas en el centro del campo. Pero está claro que la Liga ya es historia este año para el Atlético y que ahora ha comenzado la conquista del Madrid. Por encima de lo que saque Simeone en la pizarra, lo más relevante será su labor psicológica, su mentalización a los jugadores y el convencimiento de que en su Atlético no hay nada imposible. Es la semana mágica del Calderón y está claro que quiere esta semifinal de Champions sea su apoteósico fin de fiesta.