Isco, un talento imprescindible para Cardiff

Hay gente que sabe aprovechar las oportunidades e Isco tiene toda la pinta de responder a ese perfil. Al menos, el Isco que ahora vivimos, y disfrutamos (da igual el equipo del que uno sea aficionado, el malagueño es de esos jugadores que sientan bien al fútbol), el que ha dado un paso adelante en ese batallón con el que Zidane ha conseguido colar al Real Madrid en una nueva final de la Champions. Y van quince en la historia.

Isco resume ese afianzamiento con una frase: "Tuve un par de huevos para sacar esto adelante". Suficientemente descriptiva, reveladora de lo que ha sucedido en el Real Madrid en las últimas semanas. El Bayern es la puerta que marca la entrada del andaluz en el club más selecto. Hasta el duelo con los alemanes en cuartos de final de la Champions, no entraba en los planes europeos de Zidane, que se decantaba por James. Pero en el último mes, Isco ha crecido hasta mucho más allá de lo que dice el 1,76 de su hoja de servicios.

De Gijón al Calderón

Lo suyo excede partidazos como el de Gijón, goles como el que el miércoles selló en el Calderón el pase de los madridistas a la final de Cardiff. Nadie ha dudado nunca de su talento, yo sí lo he hecho en más de una ocasión de su irregularidad. Pero quizá debo asumir que uno no puede ser brillante todos los días. Ni siquiera llamándose Francisco Román Alarcón Suárez. Ni siquiera jugando de dulce... que para algo viene de Arroyo de la Miel.

El actual Isco es intocable, se ponga Bale como se ponga, independientemente de que la final se juegue en el salón de casa del galés. Prescindir del actual Isco en el apasionante duelo con la Juventus del próximo 3 de junio en el Millennium sería un lujo que podría salir muy caro. Ese partido es sin red. Y me da que Zidane lo sabe. Mejor que nadie.