Se marcha con un cero de Le Mans, pero Rossi también ha ganado en Francia. Grandísima victoria de Viñales, aunque es el italiano quien ha vuelto a conquistar a los aficionados del mundo entero con su coraje, su pundonor, su ambición de ser campeón una vez más, la décima. Su estrategia en los últimos tiempos había sido una apuesta por la regularidad y le estaba funcionando de maravilla; sin embargo, 'El Doctor' necesitaba dar un golpe sobre la mesa y dejarle lo más claro posible a su compañero de box que hay que contar con él, que el enemigo está en casa... para ambos. En un circuito favorable para Yamaha, y con la victoria 500 de la marca en juego, Rossi quería ser el protagonista, no había lugar en esta ocasión para el conformismo o la calculadora de sumar puntos para este apasionante Mundial.

Jugársela de ese modo es toda una declaración de intenciones de Rossi. Se ve capacitado para ganar a Maverick y quería hacerlo en una jornada señalada para la marca que les está permitiendo poner en jaque a las poderosas Honda. Luchó hasta el final por conseguirlo, sólo que el rival que le ha tocado es de aúpa y le toca asumir más riesgos de los deseables en el intento de batirle. El resultado no es lo de menos, por supuesto, porque quedarse en blanco en una carrera siempre supone un pesado lastre para los que aspiran a la corona. Queda mucha temporada, Viñales también tuvo su fiasco en Austin y Márquez no ha terminado en dos ocasiones con sólo cinco citas disputadas. Sumando la entrada en escena de Pedrosa, el pronóstico está muy abierto y Valentino desde luego que no ha dicho su última palabra.