Concluye la era de Luis Enrique en el Barcelona con un título de Copa que reafirma el mejor legado del paso del asturiano, que ha demostrado en todo momento ser un competidor nato ganando nueve títulos de trece posibles, lo que le convierte en el tercer entrenador más laureado de la historia del club tras Pep Guardiola Johan Cruyff, aunque en un periodo de sólo tres temporadas.

Ha sido una época en las bases del juego se han resentido y en el que se ha dependido excesivamente de la producción ofensiva del tridente de ataque del conjunto blaugrana. Ahora, con la llegada de Valverde parece claro que la exigencia de la afición en cuanto a la recolección de copas seguirá intacta y se le exigirán títulos, pero la gran incógnita es el camino futbolístico que tomará la entidad barcelonista.

Por muchos títulos que se hayan logrado, es necesario agitar la coctelera para recuperar un estilo que haga a los barcelonistas sentirse tan orgullosos del palmarés como del estilo. En lo primero, la aportación de Luis Enrique ha sido incuestionable. Tanto como que se marcha mejorando su imagen. Como dijo Piqué, "al final nos ha ganado" y prueba de ello es el detalle que tuvo en la final regalándole minutos a Aleix Vidal, que salía del infierno de una lesión tras sufrir el ostracismo.