La presión es para la Juventus

El Madrid ha ganado once de las catorce finales de la Copa de Europa que ha jugado. Más finales que nadie, más títulos que nadie. No le pesan, le alimentan. Ámsterdam, París, Glasgow, Lisboa y Milán. 1998, 2000, 2002, 2014 y 2016. Pleno en las cinco últimas finales de Champions que ha disputado. No siempre fue como favorito. Pero eso estimula a este equipo matrimoniado con el éxito hasta convertirlo en una bendita rutina. En el vestuario está desterrada la palabra fracaso. Así se intimida al enemigo.

Jugar en el Madrid te obliga a vestir con la armadura que soporta el peso de la historia. La más grande jamás contada. De abuelos a padres y de padres a niños. La leyenda ha ido creciendo con hechos. En el siglo XX y ahora en el XXI. Por eso no he visto a un solo jugador del Madrid temeroso en sus declaraciones en las horas previas a la final de Cardiff. Respeto por la Juve. Todo. Convicción en un nuevo triunfo del Madrid, cien por cien. Sin fisuras. Veo a Sergio Ramos en su versión ‘Minuto 93’, a Cristiano más fresco que nunca con el objetivo de ser por fin protagonista estelar en una final de Champions, a Carvajal y Marcelo atacando con cien cañones por banda, a Isco haciendo de Flautista de Hamelin... Presión, cero. Para la Juve, toda.