Hay Presupuestos, queda el ADO

Las federaciones, olímpicas y no olímpicas, pueden respirar. Los 176 votos que recibieron los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso despejan la nube que amenazaba sus planes. Se repartirán 51,7 millones de euros de subvención del Consejo Superior de Deportes, casi un 1% más que el año olímpico de 2016, lo que es una bendición. Y de agradecer que se mantenga la cifra. En 2012, con cita en Londres, recibieron 52,6 y al año siguiente la tijera fue implacable: se quedaron en 38,8. Perdieron 13,8. La crisis azotaba fuerte y algunos deportistas tiraban de su bolsillo y sus familias para salir fuera. Se temía un batacazo en Río, pero se lograron las mismas 17 medallas (y de mayor calidad) que cuatro años antes. Con la economía remontando, no se entendía un nuevo recorte. Y no se ha dado.

El mosqueo era general, porque tras anunciarles José Ramón Lete que no habría bajada, diez días después, por carta, se instó a los presidentes a retocar sus cuentas sobre la previsión de un 20% menos. Una prórroga del Presupuesto, sólo permitiría liberar un 80% de lo comprometido. Es cierto que se está lejos de los 76 millones de 2009, pero también lo es que se ha controlado el despilfarro (31 federaciones han estado sometidas a planes de viabilidad entre 2013 y 2016), y que todo el mundo ha espabilado. El COE encontró un aliado en Telefónica con el programa Podium para menores de 23 años, por lo que los medallistas del futuro no están desprotegidos. Pero queda el reto del ADO. De los 51 millones para Londres a los 31 de Río hubo 20 menos. Demasiados. Y ese es el sostén de los olímpicos de hoy.