Demasiada confianza pasa factura

Es una “maldición”. La palabra utilizada por La Gazzetta en su portada es la más cotizada en estas horas. Perder siete finales sobre nueve no tiene otra explicación, más allá de los discursos tácticos y técnicos. La verdad es que el Real Madrid fue superior, y en esto toda Italia está de acuerdo. Sin embargo, la Juventus que vimos en Cardiff no era la que ilusionó eliminando al Barcelona y que había llegado a la final con todo merecimiento. No se vio a Dybala ni Higuaín, hasta Buffon no pareció vivir su mejor noche. El mismo Allegri, con sus cambios, tampoco se lució.

¿Qué pasó? Quizás demasiada confianza. Eso piensa Tuttosport, medio muy cercano a la Vecchia Signora, que tituló severo: “No se gana con las palabras”. “Si el equipo llega a una final con este ambiente (escribió su director, Paolo De Paola) con tanta alegría, y relajándose con los selfies, es complicado llegar a la justa concentración para lograr el objetivo”. Ese optimismo que se respiraba en el Media Day, esa seguridad, igual fue demasiada ante un rival como los blancos. Y otro problema, claramente, fue que la Juve se gastó todo en la primera mitad. Toda su energía se había agotado en el minuto 45. Un error garrafal ante un Madrid que, justo en este curso, aprendió a gestionar su fuerza como nadie en Europa. Y que pudo destrozar a su rival sin apenas esfuerzo. La ciudad de Turín tendrá que esperar