De un once sólo con Messi al de Aleix y Sergi Roberto

Cuando un equipo vuela (véase Madrid) el once ideal se recita de memoria, por más que la segunda unidad haya acumulado méritos y aplausos. Y cuando un equipo tropieza (véase Barça) nada vale y todo asquea. A principios de la temporada podríamos haber formado un once tipo entre los jugadores de los dos grandes más o menos como éste: Ter Stegen; Carvajal, Piqué, Ramos, Marcelo; Busquets, Modric, Iniesta; Cristiano, Messi y Neymar. Con perdón de Casemiro y Suárez. Sin embargo, analizada la temporada con el condicionante de los títulos, salvo Messi, la foto inicial estaría bañada de blanco con Keylor, Kroos, Isco y compañía.

Ahí, entre la euforia y la depresión es donde los directores deportivos de Madrid y Barça (Florentino Pérez y Robert Fernández) están obligados a saber manejarse. Para no romper el bloque ni, por contra, dormirse en los laureles y morir de éxito en el primer caso. Y para no despilfarrar ni precipitarse en el segundo. En el Madrid parece claro el plan. Operación blindaje de los pilares, recuperación de algunas promesas y un par de fichajes que reconduzcan la inversión hacia un central y hacia una joya con la que agitar las ilusiones, remover la mercadotecnia y, ya de paso, aprovechar la venta de James para apretar a Bale y Benzema.

Lo del Barça es otra cosa. Hay bastantes goteras y el cheque no es en blanco: tiene un crédito limitado por las leyes que el propio club blaugrana se impuso para espantar a las deudas y a los trincones. A vista de pájaro, el Barça dependerá sobre todo de lo que haga con su defensa y su centro del campo. El Barça triunfal vivía de su recuperación de balón inmediata y lo lideraban el toque de sus centrocampistas. Ter Stegen ya ha renovado, el tridente es innegociable y hasta Alcácer, un lujo de suplente en cualquier otro lado, está satisfecho, pese a que no va a jugar mucho más, con ese papel incómodo que se busca a buen precio. Valverde tendría bastante que decir estos meses después del patinazo del encargado de fichar la pasada temporada. No será fácil. Los presupuestos se han equilibrado y ya nadie saca ya a cualquier objetivo de sus países de origen así como así.

Con Bellerín, Verrati, Ander y Dembelé complicados, el proyecto blaugrana debería iniciarse por los pequeños pero cruciales detalles. La primera gran decisión debería pasar por pensar en Sergi Roberto como el gran interior que es (más completo que André, Arda, Denis y Rafinha) y en recuperar para la causa a Aleix Vidal (recuerden y suspiren con aquel Alves a la española del Sevilla). Podría parecer poco y secundario, pero serían dos problemas menos a coste cero. La mejor noticia para el Barça sería que Rakitic no fuera indiscutible y que Mascherano mandase más en el vestuario que en el césped. A partir de ese movimiento, ya veremos. Hay verano por delante. Con una buena terapia contra la depresión, un once provisional con Ter Stegen; Aleix Vidal, Piqué, Umtiti; Jordi Alba; Busquets, Sergi Roberto, Iniesta; Messi, Suárez y Neymar no estaría nada mal de partida a la espera de fichajes. Así, el Barça rejuvenecería su equipo, tendría más fútbol y luciría de nuevo con siete hombres de la casa. Lo de antes. Lo añorado. Lo que triunfa.