Once temporadas después, Xavi Llorens deja el banquillo del Barça con otro título. Cuentan que, a su llegada, el vestuario era todo menos una cosa seria. Anécdotas humeantes hay como para escribir un libro. Se va con cuatro Ligas, cuatro Copas de la Reina y, lo que es más importante, una sección que ya es un pilar importante del club y que ha hecho historia con su primera participación en una semifinal de la Champions. Llorens da un paso al lado y se incorpora al proyecto Masia 360: responsable de las categorías inferiores femeninas.

Bajo sospecha en otros departamentos, hay que aplaudirle a Bartomeu su empeño por hacer crecer el fútbol femenino, mejorar la plantilla e intentar llevar gente a la Ciutat Esportiva o al Mini. El club, en virtud de una propuesta presentada por la oficina que abrió en septiembre de 2016 en Nueva York, anunció este mes de mayo la creación de un equipo femenino en la National Women Soccer League. Será el primer club europeo que compita, se prevé que desde 2018, en Estados Unidos. Recientemente también oficializó la creación de una Barça Academy en Casa Grande, Arizona, donde se formarán chicos y chicas de 12 a 19 años. Es el sueño americano de Bartomeu, el de los 1.000 millones de ingresos en 2021 que necesitan de cualquier impulso, también el del reputado soccer femenino. Pero antes debe resolver asuntos más de casa como la continuidad de Jenni, esa joya tentada por ese íntimo enemigo, el PSG. El jardín hay que cuidarlo.