Cuando el partido echaba humo apareció Saúl para decantarlo del lado español. Otra vez Saúl. El encargado de abrir los candados más exigentes con la Sub-21 y también con el Atlético. El jugador que no sabe marcar goles, sino golazos. Si hay un líder en cuanto a personalidad y a horas de vuelo en este equipo ese es el colchonero. Se le queda pequeña la categoría hasta el punto que parece jugar entre niños. Todo lo hace bien y con autoridad. Un abusón.

Y eso que Saúl siempre ha sido el más pequeño en los equipos en los que jugó. Con 16 años ya militaba en el Atleti B; con 17, en el primer equipo rojiblanco y luego en el Rayo cedido. Lo mismo ocurrió con la Selección. Fue Sub-16 entre los Sub-17, Sub-17 entre los Sub-19 y Sub-19 entre los Sub-21. Ahora, ya entre los de su edad, su madurez respecto al resto asusta. Un ‘todocampista’ al estilo alemán que crea, corta, llega, sostiene y decide. Un lujo para La Roja.