El Madrid ha disputado ocho finales de la Copa de Europa desde 1998. Una costumbre que rompe todas las probabilidades y en el madridismo se ha instalado una sensación de lo inevitable que no ocurre en ningún otro club.
Arda ha jugado poco y ha dejado una pequeña secuencia de acciones deslumbrante. El caso del turco invita a la comparación con el noruego del Arsenal.
Según establece la ley de Murphy, el escándalo tenía que ocurrir en el partido más señalado del calendario y el más dañino para el crédito de la Liga española.
No se recuerda a un Madrid más encerrado y sometido a un agobiante ejercicio defensivo. Pero se las arregla como nadie para seguir adelante.
Al Madrid le costó hincar el diente, pero aprovechó la media distancia, donde sus chutadores son implacables.
Un gran partido con errores graves, defectos en el juego y una sensación trepidante que deja la eliminatoria donde estaba. Pero el City es casi invulnerable en su campo.
A diferencia de Vinicius, un futbolista arrollador que no deja un minuto en el plato, Rodrygo es una delicia de delantero que interpreta el fútbol no a ratos, pero sí a través de los raptos creativos que le surjan.
Detrás del encuentro se apreció el intento de las dos selecciones por reencontrar el lugar que les corresponde...
Al brasileño le corresponde examinar lo irresponsable de su comportamiento en muchas de sus actuaciones. En El Sadar empañó su magistral partido con una virulenta y burlona protesta al árbitro.
El Madrid funcionó como se espera del líder y el Celta, como los equipos que temen por su destino. La goleada también animó a la alegría de la hinchada.
Al Leipzig se le permitió casi todo y salió del partido como casi todos, eliminado y preguntándose qué había hecho mal para quedarse fuera de la Copa de Europa, una pregunta retórica cuando se trata del Real Madrid.
El árbitro actuó en Mestalla como un autómata, silbato en mano. El deporte terminará por usar reglas y artefactos de otras disciplinas.
Pequeña y liviana, la precocidad de Vicky López se ha visto acreditada con casi todos los títulos posibles, tanto en el panorama internacional como en el nacional. Debutó en el Barça con 16 años y su progresión es imparable.
Al fútbol se juega como lo hace Modric, un jugador de época en un fútbol que se empeña en vulnerar sus principios y...
Fueron los goleadores del Rayo-Madrid, pero los dos canteranos blancos han tenido carreras diferentes...
Lunin y Brahim, que se habían ganado el respeto del equipo y de la hinchada madridista en los últimos meses, no tendrán que someterse a más dudas y preguntas.
Los blancos jugaron con naturalidad y fluidez. El Girona perdió las cualidades que le habían adornado hasta ahora. Todos los jugadores del Madrid ofrecieron su mejor versión.
Cada vez más ojos y tecnología se ocupan de enjuiciar los partidos. El fútbol prefiere instalarse en el ‘reality show’.
Ha marcado 13 goles en 31 partidos. Ya no se le escruta en cada partido. Se le acepta como un delantero capaz de una muy considerable contribución.
El inglés es una potencia nuclear y el Madrid dio a veces impresión de desamparo. Brahim ocupó su lugar y salió perjudicado.
El más fácil de los partidos derivó contra pronóstico en tempestad. Se eligió a un árbitro que debutaba en el Bernabéu. Nada malo podía ocurrirle.
La pregunta es qué efecto tendrá la derrota en un equipo que se sentía invulnerable. En el primero se fortaleció.
La final de la Supercopa mostró a dos equipos con dos diagnósticos completamente diferentes: mientras el Madrid se ve pletórico (nueve goles en dos partidos), el Barcelona manifestó su grave deterioro, que alcanza al entrenador, al equipo y a la institución
Han transcurrido casi cuatro meses desde aquella derrota en el Metropolitano y el recorrido del Real Madrid ha sido impecable. No ha esgrimido ninguna excusa para acomodarse esta temporada...
Un jugador de clase, con excelentes recursos técnicos, que funcionó más que bien y no dio sensación de timidez.
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