La culpa ha sido de los virtuosos

La culpa ha sido de los virtuosos

Curioso: en todos y cada uno de sus partidos, Grecia ha tenido menos posesión de balón, ha disparado menos a puerta y ha sacado menos corners que sus respectivos rivales. En todos y cada uno, insisto. Y sin embargo ha sido campeón. Vista con lupa esta Eurocopa, Grecia aparece en la parte baja o muy baja en todas las estadísticas que definen el rendimiento ofensivo de un equipo, pero la realidad es tozuda: ha ganado dos veces a la selección anfitriona, una de ellas en la final; ha ganado al campeón anterior, Francia; y ha eliminado a la gran revelación del torneo, favorita de todos: Chequia. Y a nosotros, dicho sea de paso.

Hace tiempo que se dice que el fútbol es cuestión de detalles, y la mejor muestra está en la final: Grecia sólo sacó un corner y Charisteas lo convirtió en gol. Portugal sacó diez sin fruto. También de corner (aunque ese día sacó cuatro contra ocho) marcó el último gol de plata de la historia y dejó fuera a Chequia. Cuestión de detalles. O el fútbol como juego de errores, que así lo define Cruyff. Si no te equivocas, no te meten gol. Si el otro se equivoca, tú puedes meterle un gol. Presión, atención, balonazo arriba, ningún riesgo, nunca perder el balón en tu campo, sólo uno, a lo sumo dos, por delante del balón. Ese es el fútbol que ha ganado.

Pero lo mismo que se dice que el fútbol es cuestión de detalles se dice que hay jugadores que marcan la diferencia. En esta Eurocopa había bastantes, pero no se les ha visto, o se les ha visto poco:Henry, Zidane, Totti, Vieri, Raúl, Vicente, Cristiano Ronaldo, Beckham... La lista es larga. A ellos se debe esta angustia que nos deja la Eurocopa, esta sensación de que nos amenaza un fútbol eficaz pero sin gracia. Es la fatiga de las grandes ligas, dicen algunos. Es el exceso de confianza y de comodidad, la idea de que ganan con la camiseta, piensan otros. En todo caso, la culpa es de ellos, no de Grecia, que ha hecho lo que sabe y lo ha hecho bien.