Ha dado la vuelta al fútbol

Ha dado la vuelta al fútbol

No sólo es, ahora oficialmente, el mejor futbolista del mundo; es un tipo muy especial, una persona excepcional, capaz de contagiar la alegría de vivir en un mundo que se había vuelto circunspecto. La alegría que sentimos los aficionados al Barça -¡y al fútbol, al mejor fútbol!- no tiene que ver sólo con nuestras afinidades de equipo, sino que es mucho más grande y mucho más generosa. Porque Ronaldinho ha venido a darle al deporte más importante del mundo una dimensión que se le estaba limando: el compañerismo, la solidaridad, la alegría. Por lo que se desprende de su actitud, y por lo que se ve en la cancha, es un hombre considerado con los humildes y respetuoso con los que le mandan, no deja atrás a un compañero, y a todos los quiere y los abraza por igual, como si estuviera repartiendo la felicidad que le sobra. El ritual que practica antes de jugar un partido y que las cámaras recogen con todo detalle así lo confirma.

Cuando le preguntan por sus carencias hace tal recorrido por los futbolistas que admira que él se empequeñece, se muestra como un aprendiz de Zidane, de Ronaldo, de Puyol, y cuando alguien intenta engrandecerle por su méritos él se declara que sigue aprendiendo cada día. El Barça hizo algo importante cuando le fichó, porque entonces no sólo fichó a un futbolista sino a una persona, y esa combinación, que no es banal, tiene que ver con el éxito del club azulgrafina en la actualidad. Él atribuye su triunfo de ayer, uno más de los que gana por lo que es, a la suerte; y no es así. Él ha construido una personalidad que le ha dado la vuelta al fútbol, para que sea mejor, y mucho más alegre.