Gritos con doble intención

Gritos con doble intención

A Luis Aragonés le han salido imitadores. Otros entrenadores se han dado cuenta de que una frase fuera de tono, gritando, cuando los cañones de sonido de las cámaras de televisión están apuntándote, vale más que mil palabras en el vestuario. Porque está muy claro que si un técnico quiere motivar a sus jugadores y decirles que están hundidos en la mierda, tiene todo el tiempo del mundo entre las cuatro paredes del vestuario para darles la charla. Queda la duda de si Claudio Ranieri ya se lo había dicho en repetidas ocasiones a los suyos en privado y por eso utilizó a las teles para recordárselo, dado que no le deben hacer ni puñetero caso. De no ser así, el italiano igual ha conseguido el efecto contrario y sus chicos le van a pasar factura por dejarles con el culo al aire ante la parroquia. Los futbolistas no llevan bien lo de la crítica.

Por otra parte, el símil escatológico utilizado por Claudio le enfanga a él también. Entre otras cosas porque no hay que olvidar que son responsabilidad suya las alineaciones, suya es la marcha atrás dada hace dos meses cuando aseguró que se había equivocado jugando en contra de su filosofía y suya la posibilidad de sentar en el banquillo a aquellos que se duermen hasta que el fango les llega a la boca. Creo que hay una actitud ventajista en el entrenador del Valencia. Conociendo un poco a la afición de Mestalla, el numerito de ayer en la sesión preparatoria se le puede volver en contra. El personal entiende que no ha manejado con habilidad el gran potencial que le han puesto en sus manos, comenzando por el gran ídolo que es Aimar. Construir un gran equipo lleva años de trabajo; destrozarlo, sólo unos meses.