Figo ha visto la luz. Tanto en el Barcelona, como en especial en el Real Madrid, no ha sentido el cariño que solamente sabe dar la afición atlética y no quiere despedirse del fútbol sin probar esta aventura. En el fondo es que todos los Galácticos de Florentino sienten envidia de la fiesta del Calderón y de las emociones inagotables que se viven en este club. La explicación es sencilla: por encima del dinero y los títulos todavía hay gente que valora otros principios de humanidad y amor a unos colores que en el Atlético sientan cátedra.

Nadie se tiene que escandalizar con esta posibilidad. Todavía guardo en la memoria el maravilloso año que nos dio Schuster tras dejar la entidad blanca y que acabó con un imborrable título de Copa ganado a los blancos en su casa. Disfrutamos mucho con el cántico de Figo festejando el título de Liga que consiguió en Can Barça. Tiene muchas virtudes para vestir de atlético y contamos con el punto positivo de que no quiere mover a su familia de Madrid. Pese a Luxemburgo, el portugués sigue siendo uno de los mejores extremos del mundo y hasta vestir nuestra camiseta es capaz de renunciar a ofertas más importantes desde el punto de vista económico. El fútbol es complicado y a lo mejor todo queda en una declaración de buenas intenciones, pero entre barajar el nombre de Figo u otros que yo me conozco, prefiero a los saben cómo se tiene que jugar al fútbol