Una cantera que se quiere hacer escuchar

Una cantera que se quiere hacer escuchar

Curioso: la única alegría del fútbol madridista viene conseguida por la cantera, que pasó a mitad de temporada de ser la esperanza blanca a un segundo plano oscuro. Con los ecos audibles todavía de quien dijo que no había nivel para ser el ave nodriza de la galaxia, y quienes con su silencio admitieron la acusación. Su responsabilidad pasaba por apoyar a estos críos y también defender su propia propuesta de trabajo. Mejor admitir que discutir; para que nadie se moleste. El ascenso es un hecho, pero también hubo sensaciones para calibrar el poderío de esta camada.

Ayer, con el Bernabéu semilleno, era un partido para disfrutar y ponerse de gala. Siento que no se hizo. La ansiedad, los nervios de la responsabilidad, las ganas y el calor sirvieron de atenuante, además de otras cuestiones que también juegan en silencio. Pero estos chavales se encontrarán esa misma sensación cuando visiten algún estadio de primera línea y en ellos se jueguen un ascenso semanal. No tengo tan claro si la ausencia de seguridad en el juego tiene algo que ver con la capacidad general de los jugadores. Sólo Arbeloa, Robles y, por supuesto, el portero Diego López dieron la sensación de cuajo.

El Madrid ha ascendido pero ahí no se acaba con la razón. Sigue habiendo una carencia en donde más se necesita: la formación. La eterna palabra que aglutina el sentir de una cantera. Ni hubo fútbol, ni cierta capacidad en todos los sentidos para asestar un golpe de convicción. Era la jornada para rebelarse contra quienes mantienen y disponen que el futuro no está tan seguro con estos hombres que ascienden y en la cantidad de promesas que correrán por el flamante domicilio puesto en marcha en Valdebebas. Esperaba un partidazo y una exhibición. Quizá no pudieron por los condicionantes, pero también existe la opción de que sus aptitudes no superaran tanto contratiempo anímico. Esta prueba también se evaluaba. Felicitaciones por el objetivo alcanzado y una muesca de nostalgia en quien esto redacta: en estos tiempos de tanta reivindicación regional arrimada al fútbol, me hubiese gustado que se hubiera visto alguna bandera madrileña (en el Castilla la mayoría eran madrileños) unida a las de otras ciudades y comunidades que forman la plantilla. Quizá no la hubo porque son minoría. Entre el once titular sólo había dos madrileños.