El cambio de Bianchi es evidente

Este Atlético me sigue pareciendo diferente al de años anteriores. Aparte las valoraciones deportivas sobre los fichajes, la realidad es que durante todo el verano no ha surgido ninguna controversia, el Consejo se ha volcado para atender las peticiones de Bianchi y Toni Muñoz se adelante al técnico y ya sondea la llegada de un posible cerebro en caso de que se lo pida el entrenador. Se cumplieron con los pagos y parece que para final de año se puede anunciar la construcción de la Ciudad Deportiva. Ni una mala palabra, ni un instante de irritación. Un clima de sosiego y tranquilidad que ya lo ha ensalzado el propio Fernando Torres. Hasta los aficionados, pese a los nervios de la recta final de la pasada temporada, se ha vuelto a volcar y ya se acercan a los 44.000 abonados. Este es el camino a seguir para poder luchar por entrar en los puestos de Champions.

El artífice de este cambio está siendo Bianchi, que está imponiendo su autoridad a todos los estamentos de la entidad. Cerezo y Gil Marín siguen haciendo milagros, incluyendo su patrimonio personal, para sacar los euros necesarios en la aventura de reconducir al Atlético hacia las alturas de Europa. El argentino no admite bromas con su trabajo e incluso ha impuesto la norma que adoptó en su país de no dar entrevistas individuales. No quiere problemas y conflictos. Toni Muñoz le ha sabido transmitir el espíritu del Calderón. Se necesita de manera angustiosa entrar en la Champions, ya que supondría mayores ingresos para unas arcas que viven al borde del abismo y una mayor proyección a nivel mundial. Ahora el objetivo es apretar las tuercas a los jugadores, ya que a Bianchi siempre le ha gustado que sus equipos inicien los campeonatos lanzados.