A la espera de los dos descartes

A la espera de los dos descartes

Segundo test de la Selección española, segundo partido en apenas 24 horas con Francia y tiempo para sacar las primeras conclusiones sobre los posibles descartes, aún a riesgo de que Mario Pesquera, al leer esta columna, sonría ladinamente pensando "por ahí no van los tiros..." No sé por dónde van los tiros, pero sí por dónde huele a pólvora. Antonio Bueno fue el primer cortado del grupo que viajará al Eurobasket de Serbia y Montenegro. Había stock de pívots y la suya era una salida anunciada. Pero ahora, ¿qué dos jugadores se quedarán en tierra? Visto lo visto, Calderón, Navarro, Jiménez (pese a no haber jugado por un dolor en el costado), Garbajosa y Vázquez sonaría a cinco inicial. Cabezas se ha ganado el puesto de segundo base. Por lo que dio durante la temporada en el Unicaja -vital en el triunfo copero, no se me olvida su defensa-lapa en semifinales al hasta entonces intratable Rakocevic- por lo que está dando desde que la Selección echó a andar en San Fernando. Y Sergio Rodríguez es la savia nueva, el basket de la calle, las ganas de armar la marimorena que gusta a todo aquel al que guste el baloncesto.

Vidal -titular en los dos partidos con Francia- y Rudy Fernández figuran como apuestas en el perímetro, uno por lo que da en defensa, el otro por lo que puede dar en ataque. Iturbe es fijo, se mire como se mire: juega de tres o de cuatro y eso es una garantía que no vence. Y en la zona, Reyes es el gladiador que tanto gusta a Pesquera y De Miguel, como demostró ayer con sus 15 puntos, el relevo perfecto. Así las cosas, sólo hay dos nombres que se me quedan en el tintero: Mumbrú y Miralles. Pero, afortunadamente, yo no sé por dónde van los tiros. Pesquera, sí. Y seguro que elige bien. Palabra de un despistao.