Ronaldinho debe invitar a Robinho

Ronaldinho debe invitar a Robinho

La renovación de Ronaldinho hasta el dosmiltropecientos amenaza con dejar chico el episodio de Laporta con el chino de la camiseta: no se sabe si es más vieja una historia que otra. Casualmente parece que lo del brasileño se ha agilizado en las últimas horas, pero como miente más que habla, la directiva, no Ronaldinho, habrá que esperar. Si al final se firma el nuevo contrato, el 10 del Barça deberá invitar a comer un día al 10 del Madrid, Robinho o sea. Porque casualmente, insisto, todo parece avanzar a medida que Robinho se sube en la bici y se lía a hacer slaloms en el área. El Barça va a cometer la temeridad de renovar a un futbolista que andará por los 35 años si cumple el nuevo contrato hasta sus últimas consecuencias. Puesto que es de dominio público que un futbolista está un club mientras le parece conveniente, ¿por qué hipotecarse con un jugador extraordinario que tiene ya una extraordinaria cláusula de rescisión de 150 millones de euros? ¿Les parece poca cláusula?

Ni Gaspart hubiese firmado un contrato así, cavila el barcelonismo más crítico que, como el barcelonismo todo, ha requetedescubierto lo que valía Rosell amigado con los brasileños. Titula la prensa de Barcelona más adicta al régimen que habrá duelo entre Ronaldinho y Robinho, lo que debe interpretarse mitad cortesía, mitad temor: hasta ayer no había más dios que Ronaldinho y, a lo sumo, Etoo era su profeta. Pero apareció Robinho y todo se precipita en el Camp Nou, como siempre. El Real Madrid, entre tanto, observa y debería moverse. Robinho es grandioso, pero Luxemburgo necesita un central como el pan que se come. Y un mediocentro, creo yo. Pero esa es otra historia.