Un genio llegado de Bulgaria

Un genio llegado de Bulgaria

Uno: a mí me gustó el Atlético. En cuarenta y cinco minutos hizo más fútbol que en toda la temporada pasada. Tiene esquema, sabe a lo que juega. Y cuenta con una aparición portentosa por la banda izquierda: Petrov. Todo lo hizo bien. Convirtió cada balón que recibió en un peligro para el Zaragoza. Su zurda es prodigiosa. Y, además, tiene casta, raza, se faja con los defensas, se calienta como el gran Stoitchkov. Ayer le vimos rebotarse con todas las de la ley al final del partido por una entrada de Ponzio, que no vio el linier a cuatro pasos. Petrov no se arrugó ante las patadas de la defensa del Zaragoza, que donde no llegaba por las buenas lo hacía por las malas. Es un futbolista de categoría, que, como dice el gran Enrique Collar ,"dará al Atlético grandes tardes de gloria". Este búlgaro es un pedazo de futbolista, que ayudará a acabar con el maleficio del Atlético ante el gol.

Dos: si no la metes, no ganas. Y eso es lo único que le faltó al Atlético: aprovechar alguna ocasión. Estoy convencido de que si Kezman o el Niño aciertan con el gol en el primer tiempo, habrían roto el partido. No fue así y el Atlético acabó sufriendo y agobiado. No pasa nada. Así es el fútbol. Pero hay un buen proyecto en marcha. No es lo mismo empatar sin darle una patada a un bote, como el año pasado, que hacerlo jugando bien al fútbol como el domingo. Bianchi debe ir acoplando las piezas, pero tiene futbolistas interesantes y un esbozo de equipo estimable. Ha recuperado como por arte de magia a Luccin, espléndido de fuerza y potencia. Y yo espero mucho de Gabi, que necesita tiempo para seguir creciendo, pero que tiene fútbol como para llevar la manija del equipo. Este Atlético, todavía sin gol, inspira confianza. Yo creo que hará cosas grandes. Al tiempo.