Un puntazo y mucho compromiso

Un puntazo y mucho compromiso

La tónica general de esta Liga es la igualdad. No es fácil ganar y hacerlo por más de un gol, tarea de titanes. Cada punto vale oro, por tanto. El empate del Espanyol ante el Athletic fue importantísimo. Porque detuvo la tendencia a la derrota del equipo. Porque llegó al final, tras una tremenda pelea españolista contra sus nervios y contra el adversario. Porque desnuda a quienes intoxicaban con la falsa e intolerable teoría de que el equipo le estaba haciendo la cama a Lotina. Porque procurará una cierta tranquilidad al equipo que afrontará el partido del día 20 con el Mallorca sin tanta ansiedad como el sábado. Por cierto, que bienvenido el triunfo mallorquinista en Cádiz, desde un punto de vista perico del asunto: los andaluces no se escapan y difícilmente en una doble salida como la del equipo balear se ganan los dos partidos. Jamás un punto como el que procuró el tanto de Corominas había valido tanto y, lo dicho, deberemos valorarlo como una victoria. No hubo calidad y eso no se discute, pero sí hubo ganas, sí hubo tensión, sí hubo voluntad de salir a flote. El españolista no fue un bloque lucido, pero demostró que es un bloque.

La grada expresó que está con Lotina y con el equipo y muy dispuesta a vivir un tiempo de cuchillos largos sin perder la paciencia ni la sonrisa. Todos esperábamos más cuando empezó esta temporada, pero las cosas se dan como se dan, a menudo al revés en esto del fútbol. Nueve puntos, a seis del Atlético, que es undécimo. Seis puntos. Nada si acaban cogiendo la onda.