Maniche acabó la Eurocopa 2004 en la cima, incluido en el equipo ideal del Campeonato. Remataba un año espectacular en el Oporto de Mourinho, campeón de Europa y luego de la Intercontinental, fue elegido mejor jugador del partido frente al Once Caldas colombiano. Es un centrocampista con un disparo descomunal, que hace goles y que puede convertirse en motor de cualquier equipo, incluido este Atlético de Bianchi que no acaba de despegar y que necesita un líder en el centro del campo.
Maniche se ha puesto a tiro porque atraviesa una situación personal difícil. En pleno éxito emigró de Portugal a Rusia, pero todo le ha salido mal. Y está desesperado. Él ha sido muy claro: ni le gusta la Liga rusa, ni le gusta el país, ni le gusta el clima. Y se quiere marchar cuanto antes a pesar de que firmó un contrato con el Dinamo de Moscú por cinco años. Así que a Maniche el Atlético le debe parecer como una tabla de salvación. Y puede que consiga subirse a ella en enero, porque el Atlético también está buscando un jugador de su perfil, un todoterreno, un director de juego. No es Futre, desde luego, pero sí se parece mucho a lo que ahora está necesitando el Atlético.