Gil se cargó la sección más rica

Gil se cargó la sección más rica

Llegué a ver algún fragmento de partido de balonmano a once en el estadio Metropolitano cuando Piernavieja, Bárcenas y Jorge eran los más destacados jugadores rojiblancos. Después viví con intensidad los campeonatos de los años sesenta en el recién inaugurado Palacio de los Deportes. Todavía jugaba un canoso Jorge como capitán, junto a Góngora, Tato, Villita y mis amigos Alcántara, el llorado Rafa Velilla, Jandro Harguindey, Javi Loinaz, De Miguel y la gran figura de Miguelito Medina. Recuerdo numerosos jugadores que hicieron grande al Club Atlético de Madrid dirigido por Domingo Bárcenas y cuyo principal adversario era el Granollers. Ligas y Copas, a veces en 'doblete' se sucedían llenando de satisfacción a los seguidores colchoneros.

Después llegaría otra época de ensueño con Novales, Uría, De Andrés, Novoa y el mejor balonmanista español que he conocido, Cecilio Alonso. Hasta lesionado era el mejor. Las mañanas dominicales del Magariños, se convirtieron en habituales con mis pequeños hijos de compañeros, a veces asustados por las imprecaciones que lanzaba Juan de Dios Román desde el banquillo. Y, de pronto, todo se acabó. El capricho o el interés de Jesús Gil decidió suprimir la sección más triunfal de la rica historia rojiblanca. Un equipo, con más de una decena de títulos ligueros, otra docena de Copas de España y dos Supercopas, desaparecía de la historia. Todavía hay quien recuerda camino del Calderón la final con los yugoslavos de la Metaloplastika. ¡Qué vuelvan!