Roman: acércate al Espanyol

El personal catalán que se descoyunta de la risa con el Barça (el chino de la camiseta, Laporta en calzoncillos, la bonita imagen dada por Deco y Etoo ante el Athletic, un título en siete años y así) tiene puestas muchas de sus esperanzas en Roman Abramovich. Confía que su Chelsea vuelva a echar al Barça de la Champions y que, con su inacabable pasta, el ruso fiche a Etoo, Ronaldinho o a los dos a un tiempo. Pero, sobre todo, ese personal espera noticias sobre una que llegó desde Moscú hace unos meses: el interés de Abramovich en invertir en el Espanyol. ¡Eso sí sería el despiporre, muchísimo más que limpiarle al Barça al camerunés!

Para plantar cara al nacionalculerismo desde la mismísima Barcelona hay que ser muy ruso y muy millonario. Ningún catalán se atreverá jamás y las fortunas españolas no catalanas difícilmente van a fijarse en los azulgrana: ninguna empresa seria de aquí (ni del mundo entero) se ha interesado por poner su nombre en la zamarra barcelonista. Abramovich es la esperanza de ver un día un Espanyol de drogbas, robbens, essiens, crespos, duffs y cechks y a Barcelona en llamas. ¡Una juerga que no se podría aguantar! Si eso sucediera, Carod Rovira se apuntaba al PA. Al Partido Andalucista, naturalmente.