Optimismo para una gran noche

Optimismo para una gran noche

El partidazo del Zaragoza en Valencia ha quedado parcialmente oculto bajo un amargo empate, pero fue uno de los mejores encuentros que ha jugado el equipo aragonés en la Liga. Y uno de los que mejor ha jugado, en todos los órdenes, salvo por esos minutos en el que Kluivert hizo fortuna con el habitual desconcierto en los balones aéreos. Por más que el resultado final diga otra cosa y denuncie fallos estructurales del Zaragoza en defensa, su dominio del tiempo, el espacio y la oportunidad, su negación de las virtudes fundamentales del Valencia (Villa ni apareció, Aimar apenas, Regueiro nada...), y la pegada en ataque... eso compone la imagen de un Zaragoza en excelente forma.

La ración de optimismo desde este lado de la eliminatoria viene a cuento por lo que se espera esta noche, un reto mayúsculo para el equipo de Víctor. Porque eliminar al Barcelona lo es, en esta o en otra circunstancia; y más a un Barcelona de la estatura del actual; y aún más a un Barcelona como éste, herido por la rotundidad de su derrota en la ida. Rijkaard aseguró ayer, en su rueda de prensa: "Vamos a ir a por ellos". Pero seguro que el holandés, en el fondo, temerá el peligro del águila calva, Ewerthon, y de Diego, dos cazadores de espacios abiertos y también en cotos reducidos. Y desde luego advertirá a los suyos acerca de ese grifo inagotable de genio que es Cani. El factor decisivo en la ida.