La sensata revolución de Murcia

La sensata revolución de Murcia

Fútbol bueno, brillante, de calidad o eficaz. Toque, dribling, finta, estética o marcaje, velocidad, desmarque, apoyos y disparo. ¿Juega el Atlético con el alegre, comunicativo y trabajador Pepe Murcia mejor que con el soso, pensativo, seco y discriminador Bianchi? La respuesta son los resultados. Hablar, dialogar, elegir, sonreír y trabajar. Esa es la revolución Murcia. Dirigiendo a la plantilla con humildad, entusiasmo, trabajo y asumiendo que los jugadores son más que músculo, nombres y contratos se consiguen implicación, actitud positiva, trabajo tribal, motivación y familia.

Esa es la revolución Murcia. No hay milagros. Repartir gritos y sonrisas, saber escuchar, dar y tomar explicaciones, mirar de frente y ser solidario con los que, a la hora de la verdad, ganan o pierden. El Atlético ha mejorado. Si yo estuviera en la piel de Murcia siempre estaría al acecho de cualquier eventualidad, porque una parte de esa maquinaria no suena bien. Es un mal crónico del club. Pero el escenario es bueno. Por eso, en Barcelona, Torres puede reaparecer. Y esa es la clave: recuperar a los violinistas. Darles la autoestima que Bianchi les robó. Y rogar que la suerte, imprescindible, no coja vacaciones.