López Caro y la administración de egos

López Caro y la administración de egos

Vuelve Ronaldo ante el Espanyol. Ya era hora. Tengo ganas de ver cómo mezclan dos culturas: la del modelo López Caro, de equipo agrupado, trabajado y solidario, y la de Ronaldo, espíritu libre donde los haya, pero al mismo tiempo dotado de una capacidad para golear demoledora. López Caro ha hecho una buena tarea hasta ahora. Para ello ha contado el obligado espíritu de enmienda de un grupo que llevaba meses y meses hundiéndose en el descrédito, y también con algunos fichajes que, entre tantos hechos un poco a tontas y a locas, han resultado. Pero tengo la impresión de que su futuro empieza a dibujarse a partir de ahora.Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, nos decían de pequeñitos, y resulta que era verdad. Ya en Vigo el Madrid dio ciertas señas de distracción y de hecho ganó el partido de puro milagro. Debió ganar el Celta. Ahora entra Ronaldo y eso asegura mucho más poder de gol arriba, pero al tiempo supone contar con una pieza menos para apretar la salida del rival. Los centrales contrarios podrán iniciar el juego más cómodos, salvo que Zidane o Guti se multipliquen como solía hacerlo Raúl, pero eso es imposible. Raúl que, por cierto, mejora y mejora y pronto estará ahí, compitiendo por un puesto que ahora está adjudicado.Y para el que espera turno Cassano, por cierto, que no se sabe bien aún a qué vino. Es un buen futbolista y un tipo singular y divertido, pero maldita la falta que le hacía al Madrid. El gran hallazgo de López Caro ha sido esa línea de cuatro que forman Beckham-Guti-Zidane-Robinho. Es lo que por primera vez ha cambiado de verdad la fisonomía del equipo que dejó Del Bosque. Ese hallazgo pone las cosas difíciles a Raúl y a Cassano, como Cicinho se las pone a Salgado o Woodgate (si de verdad se cura) a Helguera. A López Caro le llega la hora de la administración de los egos, que es la tarea verdaderamente difícil para alguien en ese cargo.