Que no se vaya nunca de MotoGP

Que no se vaya nunca de MotoGP

Puedo garantizar sin miedo a equivocarme que, a día de hoy, ni el propio Valentino Rossi sabe todavía si se pasará a los coches o se quedará en las motos cuando concluya la temporada 2006 de MotoGP, la que arrancará el próximo 26 de marzo en Jerez. Lo del test de Valencia con el Ferrari, ridículo para unos por los siete trompos y extraordinario para otros por la cercanía con sus rivales, no fue lo suficientemente esclarecedor y será rondando el mes de agosto cuando 'El Doctor' tome la decisión definitiva. Así lo hizo cuando decidió dejar Honda para irse a Yamaha y así lo hará, entre otras cosas, porque será entonces la hora límite para que tanto Ferrari como Yamaha tomen las medidas oportunas de futuro. Créanme, hoy Rossi no ha tomado aún su decisión.

Mientras eso pasa, llevo tiempo intentando digerir la idea de un Mundial sin él. Las ventajas de su presencia son muchas, porque la Rossimanía tiene un tirón inigualable, pero su ausencia también traería alguna lectura positiva, como la de encontrarnos con una clase reina liberada de la tiranía que ha llevado al 46 a ganar consecutivamente los últimos cinco títulos. Dicho esto, he llegado a la conclusión de que es mejor un Mundial tiranizado por Rossi, una estrella irreemplazable, que sin él, porque pobre del primer campeón de MotoGP con Rossi ya en la F-1. Siempre estaría en duda su reinado. Además, tampoco creo que Vale vaya a agrandar su leyenda así. Cecotto no lo consiguió y su paso por la F-1 fue casi anecdótico, algo para lo que Rossi no valdría. Que no se vaya nunca de las motos.