Tuve la suerte y el privilegio de compartir con el Cádiz de los años 90 sus legendarias salvaciones. Cuando más muerto estaba, llegaba el milagrito anual y salía a flote. En Tenerife, sin tirar a puerta, se salvó de una tacada y con una jornada de adelanto, del descenso y de promocionar gracias a un autogol de Manolo Hierro, todavía entrenador del Málaga. Al año siguiente lo tenía mucho más crudo. Colista de colistas, tuvo una reacción final y consiguió aferrarse a una promoción que parecía impensable. Ganó a los malaguistas con infinito sufrimiento. Y en la campaña posterior, más de lo mismo. Otra eliminatoria dramática contra el Figueres de Jorge D'Alessandro, y la leyenda continuaba. Y por allí andaba Óscar Dertycia. 'Mister Proper'.

Es difícil decir si aquel Cádiz era mejor que el actual. Pero recurriendo a la inevitable comparación, el Submarino de los 90 me transmitía más sensación de improvisación, sufrimiento y zozobra que el actual. Por supuesto era menos profesional (me refiero a sus estructuras) pero mucho más divertido. En aquellos años 90 yo siempre pensaba que el Cádiz iba a descender o a salvarse de manera mágica y divina. Ahora mi sensación es distinta. No le veo más candidato al descenso que Málaga, Athletic, Real Sociedad, Alavés, Betis o Mallorca. Está más asentado y funciona como una empresa seria. Pero echo de menos a personajes que, como Mister Proper, cuando se soltaba el pelo (no hacen falta explicaciones...) nos hacían vibrar. Así es el Cádiz. ¡País!