Astarloa se mereció la victoria

Astarloa se mereció la victoria

Hubo espectáculo en la Classicissima, pero faltó que la fiesta tuviera un remate español. Cerca estuvimos, porque Igor Astarloa se mereció ganar en Milán. El corredor del Barloworld demostró que es un especialista de lujo para carreras de un día, como ya dejó escrito con letras de oro en la Milán-Turín, la Flecha Valona o el Campeonato del Mundo que conquistó. Esta ha sido una de las ediciones más disputadas en el final de carrera y ahí lucieron el del Barloworld y otro ciclista de Euskaltel, Samuel Sánchez. Si llegan a ponerse un poco de acuerdo todos los integrantes de la fuga con la idea de llegar a meta y no sólo hubieran pensado en su beneficio personal, podían haberse plantado en Via Niza para jugarse la victoria entre ellos.

No entiendo que Samuel Sánchez le recriminara luego a Astarloa que saltara a por él porque Igor fue el que más trabajó subiendo el Poggio y en el descenso; se sacrificó más que nadie para conseguir la victoria. Me encantó también ver al Rabobank poniendo al pelotón en fila para anular la escapada. Eso era señal de que Freire, que es muy listo, no vio a Petacchi andar muy cristiano y decidió mandar a sus compañeros a tirar a tope para que no prosperase la aventura. Óscar no está al 100%, pero su actuación en la Tirreno-Adriático y la Milán-San Remo nos hace pensar en que arrancará pronto alguna victoria. Valverde esperó el ataque de Bettini y no le funcionó, pero su guerra está en otras carreras. Lo peor, la victoria de Pozzato, un ciclista sin mucho caché.