Muchas gracias,Wenger

Cesc firmó ante la Juventus el partido perfecto, y además justo el día más difícil. Tenía enfrente el muro Vieira-Emerson, pero jugó con tanta inteligencia que todo pareció más fácil. Se ofreció, jugó en corto y sobre todo apareció cerca del área rival, justo donde más le gusta. Cesc Fábregas no es un mediocentro y anteayer volvió a quedar claro. En aquella selección Sub-17 subcampeona del mundo jugó casi como mediapunta, y funcionó de maravilla. En el Arsenal, Arséne Wenger le pide que llegue al área, que se mueva con libertad. Cierto que en muchos partidos el propio técnico le ata, e incluso le llegó a colocar cerca de la banda derecha. Pero Cesc ha crecido y lo seguirá haciendo por su capacidad ofensiva, por su desparpajo para tocar y marcharse al ataque.

Al final, Wenger ha tenido que dejar por detrás a Gilberto Silva, y la liberación de Cesc le pasó factura a la Juve. Hizo todo bien, toco en corto y rápido, buscó siempre la devolución del balón y llegó al área. Los dos goles fueron jugadas similares, y en los dos Cesc apareció en el área con claridad. En una para tocar con clase y sencillez a la derecha de Buffon, y en otra para levantar la cabeza y regalarle un gol a Henry. Seguirá creciendo porque tiene margen, pero el partido ante la Juve quedará para la historia como el día en que dio un puñetazo en la mesa. Ni extraña que Luis Aragonés le haya llamado a la Selección ni que toda la Prensa inglesa esté enloquecida. Cesc es un grande y juega como un veterano. Y todo gracias a un técnico que creyó en él con 17 años y le dio el timón del equipo. Gracias, Wenger.