Que no, que aunque resulte difícil de comprender e imposible de explicar, Xabier Azkargorta no ha sido profeta en su tierra. Como prueba sirva el dato de que los únicos equipos vascos a los que ha entrenado el técnico guipuzcoano son el Aurrera de Ondarroa y el Lagun Onak de su Azpeitia natal. A partir de ahí, Xabier tuvo que buscarse la vida en el Nàstic, Espanyol, Valladolid, Sevilla y Tenerife, para después emigrar a países tan dispares y recónditos como Bolivia, Chile, Japón, México y, actualmente, China. Al igual que su paisano y patrón Iñigo de Loyola y de tantos otros ilustres aventureros guipuzcoanos como Elcano, Oquendo o Legazpi, Azkargorta ha logrado fuera lo que no le han permitido siquiera intentar en casa. Dos veces estuvo a punto de entrenar al equipo de su tierra, la Real. La primera, cuando formó parte de la candidatura de Ignacio Gallo. Y la segunda cuando Fuentes le ofreció el puesto de director deportivo que al final fue a recaer en Bakero. En ambas ocasiones a Xabier le dieron con la puerta en los bigotes y no tuvo más remedio que volver a coger el hatillo y poner rumbo a cualquier parte.

Si un técnico de la experiencia y la sabiduría de Azkargorta tiene que pedir a través de AS "una oportunidad de explicarme en un club español", apaga y vámonos. ¿A dónde? Pues a Bolivia, a Chile, a Japón, a China... allá donde han sabido valorar sus conocimientos futbolísticos. ¿O es que acaso creen que estar tan lejos del txoko es un plato de buen gusto para el bigotón más universal?