Durante la campaña electoral afirmó Ramón Calderón que quería ser un presidente a la inglesa. Lo ha cumplido hasta la fecha. Van Nistelrooy. Van tres... Tiene palabra y, además, es políglota. A Cannavaro le recibió con un italiano de Garibaldi y a Emerson con un portugués de Saramago. Pues esta tarde rizará el rizo y se dirigirá a Van Nistelrooy en la puesta de largo del holandés en el Bernabéu utilizando la lengua de Van Gogh. Reto creíble para el hombre que ha logrado en sólo 24 días reconducir una nave que deportivamente estaba boca abajo como El Poseidón. La clave está en su política de 'no intromisión' en el trabajo de su director deportivo. Pedja Mijatovic manda, ordena, dirige, telefonea, replica, negocia, ejecuta y, finalmente, caza la presa.

Seamos justos con el héroe de la Séptima. En los últimos nueve días ha sido capaz de fichar a Cannavaro, el Balón de Plata del Mundial al que el Madrid rechazó hace dos veranos para traerse a Woodgate, a Emerson, ese puma que dio calabazas durante dos meses a Bronzetti para desesperación de Camacho, y a Van Nistelrooy, el nueve al que Florentino venía cogiéndole la matrícula desde hace años. Mijatovic, demostrando una mano en el face to face con sus ex compañeros que está resultando determinante, ha logrado en tiempo récord cerrar la columna vertebral que le pidió Capello al aterrizar: un central, un medio defensivo y un delantero centro. Ferguson y Beckenbauer siguen con la boca abierta. El inhabilitado Galliani será la próxima víctima...