Cuéllar personificó el sueño

Cuéllar personificó el sueño

Carlos Cuéllar ha tenido que trabajar muy duro para tener que triunfar en la Primera. Recaló en Osasuna tras jugar en el Calahorra, por entonces en Segunda B, y después en el Numancia, en Segunda. Antes de llegar definitivamente a Pamplona tuvo un paso efímero por el Leeds, pero no convenció a los dirigentes. Sin embargo Osasuna decidió apostar por él. Las dos primeras temporadas en el club rojillo no fueron sencillas. Su puesto en el centro de la zaga lo ocupaba Cruchaga, el gran capitán de la nave rojilla. Para colmo, su peculiar mascota, una boa constrictor que atiende al nombre de Titán, acaparaba casi más páginas que él mismo.

La pasada temporada Cuéllar logró hacerse un hueco en el once de Aguirre dejando en el banquillo al mismísimo Cruchaga. Demostró que si tenía un puesto en el once era porque lo merecía. Cuéllar hizo soñar ayer a la afición con que su equipo por primera vez jugaba la Champions. Sin embargo, De Jong ponía fina al sueño de una ciudad. Ahora toca recomponer a un equipo roto en el cual algunos jugadores, como Webó o David López, acabaron sin poder contener las lágrimas. Osasuna queda fuera de la manera más cruel, pero el sueño, mientras duró, fue precioso.