Puede ser un caramelo envenenado

Rummenigge lo vio claro: lo que necesita el G-14 es un abogado. Y resulta que en el Real Madrid ha aterrizado un presidente que es experto en litigios de 'alto standing'. Pues dicho y hecho, el alemán le ha ofrecido a Calderón el sillón principal de este grupo de perfil eurosindicalista, que es la mosca picajosa de la UEFA. Y ahí está el problema, la oferta parece un caramelo envenenado, pues siendo verdad que da prestigio encabezar a los mejores clubes del continente, también lo es que puede conllevar un coste deportivo ante la gente del poderoso Johansson.

Ya saben a qué me refiero: si me tocas donde me duele (el reparto de la tarta de la Champions) lo mismo algún árbitro se equivoca contra el Madrid o alguna sanción es más dura de lo razonable contra el Bernabéu. Calderón es libre de aceptar la propuesta, me consta que le ilusiona, pero no debería ser alma cándida en este mundillo del planeta fútbol. El G-14 persigue razonables objetivos que se enfrentan a los intereses de la UEFA. Tenga precaución, señor Calderón, al asumir rangos con ligereza, que lo mismo Rummennigge lo que busca es no meter al Bayern en líos gratuitos.