La camiseta colchonera debe volver

Es el mismo ritual de cada año. Volveremos a desempolvar nuestra bufanda, cogeremos el metro y el sábado no faltaremos a nuestra cita. El Paseo de los Melancólicos se volverá a llenar de ilusión y el Vicente Calderón debe colgar el no hay billetes. Nadie puede con nosotros. Con los colchoneros no pueden ni los desastres de su propio club. Más de uno ya tiene sus cuentas y hasta la Champions se nos queda pequeña. A Javier Aguirre se le pide que destierre para siempre ese sentimiento fatalista instalado desde hace excesivo tiempo. Nos gusta ganar y que el equipo juegue bien al fútbol. Esa bandera de la derrota es una bandera que no se corresponde con nuestra historia. Mendonça, Gárate, Leivinha, Juninho, Silva, Ben Barek..., son ídolos que durante nuestra infancia nos han enseñado el fútbol de calidad y títulos de mucha relevancia.

Agüero, Torres, Maniche, Jurado son promesas de diversión. El aliento está garantizado y contra el Valencia sabemos que volveremos a tener que sufrir. Los partidos fáciles no los conocemos. Incluso nos olvidaremos de las obras del alcalde Gallardón pensando que con la venta de nuestro estadio podemos y debemos volver a ser uno de los grandes. Lo que sí pedimos es que ver a nuestra gente con la camiseta de siempre. En lo que va de temporada y por misterios del marketing no hemos visto todavía al equipos con su vestimenta a rayas rojiblancas y estamos más que hartos. El amor a unos colores es de una fidelidad a prueba de cualquier cosa. Somos colchoneros de pura cepa y es el amor que se transmite de generación en generación. Por eso cada día hay más gente que se apunta a las emociones fuertes de toda una Liga al lado del Manzanares.